adiestrados,
asesorados y manejados por el Pentágono de los Estados Unidos, no
vacilaron en traicionar a su patria, asesinar a su pueblo y
mantenerlo bajo un horrible régimen de dictadura
brutal, para proteger los intereses
económicos y politicos de una potencia extranjera, Estados
Unidos, y de empresas monopólicas cuyos gerentes están en
Washington y Nueva York, y para dar amparo a la explotación de la oligarquía chilena
sobre millones de chilenos trabajadores.